Por: Rafael Humberto Guerrero Jaimes, columnista invitado
“En nuestra tendencia natural de desmenuzar las cosas a pedazos, vemos los árboles, pero no el bosque”-George Wallace.
Cuando solo miramos la superficie y la forma, no alcanzamos una visión integral de los escenarios y nos quedamos solo con detalles fuera del contexto. Así, un análisis del escenario patriota es bien complejo, dado las múltiples y variadas gamas de variables que intervienen.
Venezuela es un país generoso, con calidad humana en su gente del común, pleno de voces contestarías, que, por fuerzas no controladas a tiempo de la política, fueron perdiendo paulatinamente su capacidad de respuesta y adquirieron la contracultura de la sumisión y de la indolencia. Mal asunto.
Venezuela es un país bello, rico en recursos naturales y humanos; por ejemplo, posee la mayor reserva mundial de petróleo de todo el planeta y una muy fuerte industria siderúrgica, pero…Y aun con todos los problemas que deriven de ella, se convierte el país caribeño en “La Princesa deseada” por todos los reyes y reyezuelos del mundo.
Ahora, a nivel global el planeta está polarizado: por un lado, en la orilla derecha, el desarrollismo a ultranza y el capitalismo depredador, representado por la OTAN, la ONU, la banca clásica-Fondos Monetarios Mundiales-, en cabeza de EE.UU. y sus aliados de siempre y todos sionistas.
En la orilla izquierda, se alinean las fuerzas progresistas y sustentables, ¿representados por la BRICS-Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-con nueva y refrescante fuerza financiera-Sistema Financiero Cuántico? -, en cabeza política y aun no bélica de Rusia y China.
Latinoamérica no escapa a esa polarización mundial. A escenario presente: Méjico, Brasil, Colombia, Chile mantienen gobiernos progresistas y sustentables, comprometidos con una paz mundial y en pro de la mitigación del sobrecalentamiento global y por ende de las afectaciones del Cambio Climático; entretanto Argentina y otros países menores transitan por los caminos neoliberales.
Venezuela es un caso atípico de esa polarización. Allí no existe comunismo, ni socialismo, solo se otea un populismo nacionalista en un estado con perfil de Narco-Estado-Populista; tal como Colombia en los anteriores gobiernos neoliberales fue-o es todavia? -un Narco-Estado-de Derecha.
En Venezuela no gobierna Nicolás Maduro, gobierna Diosdado Cabello, un pillo de siete suelas, bien identificado por el colectivo global de las naciones.
En ese contexto integral se deben mirar los resultados electorales y pensar para un análisis general en la gran inversión económica y en armamentismo de Rusia y China en territorio venezolano; se debe tener en cuenta las inmensas reservas petrolera, el bloqueo económico de EE.UU. y otros factores de gran peso específico, como la propia intervención empresarial del estado.
Las preguntas de rigor: ¿Será que Rusia permite entregar el país a la ultraderecha venezolana? No creo.
¿Sera que continuará el Narco-Estado-Populista? Muy mal asunto.
¿Y con una juventud venezolana viviendo como parias por todo el mundo? No ¡Por Dios, ya basta¡
¿Y cuál debe ser la respuesta del gobierno colombiano al escenario electoral venezolano?
Solicitar transparencia electoral y control de comisiones internacionales y cualquiera sea el resultado, debemos respetar el libre derecho de autodeterminación de los pueblos.
Difícil situación del Bravo Pueblo, ¡Que el Señor del Universo los ilumine en su devenir!
Ahora con una Venezuela al garete, viene a colación el juego de “Piedra, Papel o Tijera”.
Acerca del Autor
Omar Elías Laguado Nieto
Melómano, cinéfilo, hacedor de letras, emprendedor y viajero de este mundo!
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