La asociación de emprendedoras de la vereda el Suspiro nació hace 12 años por iniciativa de varias mujeres de la región.
Arar la tierra, cultivar, limpiar, y cosechar son acciones que cotidianamente realizan los hombres en el campo colombiano, esto mientras sus esposas en el hogar se dedican a los quehaceres diarios como preparar los alimentos y cuidar de sus hijos.
Sin embargo, este paradigma se rompió por un grupo de mujeres de la vereda el Suspiro en el corregimiento de Palmarito, zona rural de Cúcuta quienes, a pesar de dificultades sociales, el conflicto armado y el fenómeno del machismo, con pala y machete en mano se dedican a sembrar, cuidar y cosechar sus propios productos.
En un pequeño terreno en medio del basto campo está ubicada una huerta, señalizada con colores y con los nombres de cada una de las mujeres que integran la asociación, lo cual da un toque de sensibilidad y sutileza a los cultivos.
Con capacitaciones por parte del Sena en manipulación de alimentos y otros saberes arrancaron. Pero las ayudas no llegaban, “A pesar que pasábamos cartas, buscábamos ayuda a las instituciones y administraciones no recibimos respuestas, teníamos la asociación en papeles, sin ningún apoyo, eso desanimó mucho a las mujeres, muchas de ellas madres cabeza de familia”
Sin embargo, con el apoyo de Unión Europea, Cooperación Internacional Alemana para el Desarrollo GIZ, la asociación hortifrutícola de Colombia -Asohofrucol- y la Alcaldía de Cúcuta por medio de la Secretaría de Desarrollo Social, Asomuensus encontró en medio de la pandemia un espacio para presentar una propuesta de intervención en sus territorios que fue el punto de partida para iniciar el sueño de estas mujeres.
Hoy en día 34 mujeres, muchas de ellas cabeza de hogar, desplazadas y migrantes, cuentan con un pequeño espacio donde sembrar. Ellas consienten sus cultivos como si fueran un hijo más y los protegen de la maleza que les impida crecer.
Tomate, ají, piña, pepino, melón, cilantro, frijol entre otros productos hacen parte de las huertas caseras que tienen las mujeres de Asomuensus, quienes con técnica y orden fueron mejorando sus cultivos que sirven para comercializar de a poco y para su diario vivir.
Al preguntar por qué la asociación está integrada solo por mujeres, Laura Bautista Villamizar, cofundadora de la Asociación, dijo que era una oportunidad única para demostrar que las mujeres son más organizadas y que con amor y cuidado las cosechas son más fructuosas.
Las jornadas de sol a sol son acompañadas de alimentos y agua de panela que brindan fuerza en medio de los extenuantes recorridos que hacen en los terrenos, los cuales a pesar de las inclemencias del clima y de las dificultades realizan todos los días.
Jacqueline Colmenares es una mujer de 32 años de edad oriunda de Maracaibo, ama de casa y madre de 4 hijos, desde hace 4 años pertenece a la asociación, a la cual se integró una vez llegó de Venezuela a la vereda el Suspiro; en ella asegura que encontró una oportunidad para aprender de un oficio propio de hombres, pero al cual le mete toda la energía y el corazón.
Uno de los grandes logros para estas mujeres, es materializar el proyecto de pollos de engorde en la zona, que recibió el apoyo de la Unión Europea, GIZ, Asohofrucol y la Secretaría de Desarrollo Social de Cúcuta, para adecuar una granja que en meses estará generando una nueva oportunidad de empleo para estas mujeres.
La resiliencia y la esperanza son actores fundamentales en el día a día de estas mujeres, quienes demuestran con tesón que las adversidades y el contexto no son excusa para desempeñar cualquier labor que se propongan y envían un mensaje contundente a una sociedad que en múltiples escenarios las restringe por su género, desconociendo las excelsas contribuciones a labores que se creen propias y exclusivas de los hombres.
Acerca del Autor
Omar Elías Laguado Nieto
Melómano, cinéfilo, hacedor de letras, emprendedor y viajero de este mundo!
Más noticias
Continua la pavimentación en la ciudad
32 ex habitantes de calle con capacidades para retomar su vida laboral.
Un nuevo ciudadano resultó lesionado con pólvora